Poema de la aclamada escritora norteamericana Elizabeth Bishop, sobre el arte de perder. Versión original y traducida al español.
Un arte
No es difícil dominar el arte de perder:
tantas cosas parecen llenas del propósito de ser perdidas,
que su pérdida no es ningún desastre.
Perder alguna cosa cada día. Aceptar aturdirse por la pérdida
de las llaves de la puerta, de la hora malgastada.
No es difícil dominar el arte de perder.
Después practicar perder más lejos y más rápido:
los lugares, y los nombres, y dónde pretendías
viajar. Nada de todo esto te traerá desastre alguno.
He perdido el reloj de mi madre. Y, ¡mira!, voy por la última
—quizás por la penúltima— de tres casas amadas.
No es difícil dominar el arte de perder.
He perdido dos ciudades, las dos preciosas. Y, más vastos,
poseí algunos reinos, dos ríos, un continente.
Los echo de menos, pero no fue ningún desastre.
Incluso habiéndote perdido a ti (tu voz bromeando, un gesto
que amo) no habré mentido. Por supuesto,
no es difícil dominar el arte de perder, por más que a veces
pueda parecernos (¡escríbelo!) un desastre.
Elizabeth Bishop, Obra poética. Edición bilingüe. Prólogo de Sam Abrams,
estudio preliminar y traducción de S. Abrams y J. Margarit. Igitur,
Montblanc (Tarragona), 2008
Sobre la autora
Elizabeth Bishop (Worcester, Massachusetts, 8 de febrero de 1911 -
Boston, 6 de octubre de 1979) fue una poeta estadounidense,
distinguida como poetisa laureada de los Estados Unidos (1949-1950) y
Premio Pulitzer de poesía en 1956.
La propia autora se relacionó con la pérdida desde muy pequeña.
Después la muerte de su padre, cuando Elizabeth tenía 8 meses de edad,
su madre sufrió una enfermedad mental y fue enviada a una residencia
psiquiátrica en 1916. Aunque la madre de Elizabeth vivió hasta 1934 en
un asilo, nunca más se encontraron.
Su primera relación estable fue con la arquitecta socialista
brasileña Lota de Macedo Soares, con quien vivió 15 años. Sin embargo,
en los últimos años su relación se deterioró. Bishop tuvo una relación
con otra mujer y finalmente dejó a Lota y volvió a los Estados Unidos.
Soares, afectada por una profunda depresión, siguió a Bishop hasta los
Estados Unidos y se suicidó en 1967.
Wikipedia.
One art
The art of losing isn’t hard to master;
so many things seem filled with the intent
to be lost that their loss is no disaster.
Lose something every day. Accept the fluster
of lost door keys, the hour badly spent.
The art of losing isn’t hard to master.
Then practice losing farther, losing faster:
places, and names, and where it was you meant
to travel. None of these will bring disaster.
I lost my mother’s watch. And look! my last, or
next-to-last, of three loved houses went.
The art of losing isn’t hard to master.
I lost two cities, lovely ones. And, vaster,
some realms I owned, two rivers, a continent.
I miss them, but it wasn’t a disaster.
—Even losing you (the joking voice, a gesture
I love) I shan’t have lied. It’s evident
the art of losing’s not too hard to master
though it may look like (Write it!) like disaster.
About the poem
Elizabeth Bishop, “One Art” from The Complete Poems 1926-1979. Copyright
© 1979, 1983 by Alice Helen Methfessel. Used by permission of Farrar,
Straus & Giroux, LLC, http://us.macmillan.com/fsg. All rights
reserved.
Caution: Users are warned that this work is protected under copyright
laws and downloading is strictly prohibited. The right to reproduce or
transfer the work via any medium must be secured with Farrar, Straus and
Giroux, LLC.
Reflexión del poema en #TuCambioEsAhora
ResponderBorrarLa pérdida es parte de nuestra vida diaria y en tal sentido, más nos vale dominar el arte de perder. No podemos evitar ni controlar las pérdidas que sufrimos en cualquier momento, aunque algunas las podemos invitar a nuestra vida, como nos dice la poeta "Pierde algo cada día. Acepta la confusión".
Los budistas nos recuerdan que lo que genera el sufrimiento es el deseo, que es lo contrario a la pérdida. Queremos acumular, queremos tener; pero en pocas ocasiones estamos dispuestos a soltar. Queremos tenerlo todo y atesorarlo todo, incluso a pesar de que no hagamos uso de nada de eso que guardamos y poseemos con tanto aprecio.
Conforme aprendes a perder, a soltar; caes en la cuenta que nada de eso es devastador. Que todo pasa, tanto lo bueno como lo malo; que todo es impermanente, nada dura. Lo que hace que la pérdida sea más incómoda de lo necesario es precisamente aferrarnos y negarnos a perder. Cuanto más rápido perdamos, mejor lo hacemos y menos sufrimos innecesariamente.
Esto no quiere decir que sea fácil o cómodo perder. No quiere decir que siempre sea positivo, bueno o placentero; pero sí es inevitable.
Afrontar la pérdida no es algo sencillo y no existen unos pasos mágicos para hacerlo. Y por supuesto, lo que te sirve a ti no necesariamente me va a servir a mí. La pérdida implica una aceptación radical, pero también requiere altas dosis de compasión, tanto para la persona que pierde como para quienes son testigo de esa pérdida y quieren ayudar de alguna manera.
Perder cuesta. Olvidar cuesta. Pero aferrarse sin remedio a algo o a alguien es aún peor. No sirve de mucho lamentarse por lo que perdemos, pero definitivamente podemos honrar lo que perdemos y recordarlo con aprecio y gratitud.
Incluso podemos pensar que las pérdidas no se superan, sino que se afrontan. Nadie te debería exigir superar algo, a menos que te aclaren a qué se refieren con superar.
¿Superar una pérdida es olvidar?
¿Superar una pérdida es pensar acerca de eso sin llorar?
¿Sin sentir nada?
¿Cuál ha sido la pérdida más difícil de superar para ti? ¿Por qué?
ResponderBorrar¿Cuál fue tu pérdida más reciente? ¿Cómo lo manejaste?
ResponderBorrar¿Cuál ha sido el principal aprendizaje que ha surgido en tu vida a través de una pérdida?
ResponderBorrar¿Cuál crees que es la pérdida más difícil de afrontar para las personas? ¿Por qué?
ResponderBorrar¿Qué tipo de pérdidas se deberían olvidar y cuáles no? ¿Por qué?
ResponderBorrar